miércoles, 26 de agosto de 2015

Nacimiento y evolución del Teatro Clásico en Grecia

Nacimiento y evolución del Teatro Clásico en Grecia

1. Condiciones sociales y políticas en Atenas para la aparición del teatro.

En la antigua Grecia la democracia y el teatro se desarrollaron de manera simbiótica; la democracia transformando el sistema socio-político aristocrático de la Grecia Arcaica, y el teatro haciendo lo propio con la representación de la tradición funeraria y los rituales mistéricos, definiendo ambos, a la Grecia del siglo sexto antes de Cristo.
Estos cambios tuvieron sus protagonistas, especialmente en Atenas. Conocidas son las reformas políticas de Sólon y Clístenes durante el siglo VI a.C., las cuales, poco a poco, incidieron en la mentalidad de gran parte de los atenienses. Los dos políticos optaron por abordar los problemas de la polis abandonando el teísmo como fundamento para explicar los males que aquejaban a la ciudad (y la solución para remediarlos) para imitar a los primeros filósofos griegos jonios, con Tales de Mileto como iniciador, que habían optado -y logrado- dar explicación a ciertos fenómenos naturales desde una posición física (epistémica) evitando caer en el mito y la superstición. Esta nueva visión de la naturaleza, propia de la primera filosofía griega, tuvo su eco en lo ético y político, siendo especialmente Solón quién, ante las adversidades que padecía su pueblo, dejara de culpar a los dioses y suplicar su auxilio y responsabilizara de los errores (y los aciertos) a los propios ciudadanos de la polis:
Político SolónPolítico griego Clístenes
Solón, destacado ciudadano griego que vivió durante el siglo VII y VI y realizó importantes reformas en favor de la igualdad de los sectores más deprimidos de la sociedad griega de entonces.Clístenes, miembro de la arístocracia que sustituyó al tirano Pisístrato, que a su vez había tomado el poder de Solón en el gobierno de Atenas. Según Herodoto, Clístenes fue el verdadero precursor de la democracia en el Ática.
«Si por vuestra debilidad habéis sufrido el mal no echéis el peso de la culpa a los dioses. Vosotros mismos habéis permitido a esta gente llegar a ser grande cuando le habéis dado la fuerza, cayendo en vergonzosa servidumbre».(1)
En este nuevo contexto sociocultural aparece el teatro, que rápidamente, para los dirigentes de distintas polis y, en especial, Atenas, se convierte en algo más que un simple modo de entretenimiento y ritual. El teatro adquiere tintes pedagógicos buscando educar a la ciudadanía en el nuevo paradigma socio-político, además de enorgullecer al ciudadano griego por su modo de gobierno ante las críticas de fuerzas extranjeras como los persas. Casi podríamos afirmar que el teatro significó para los griegos lo que un ministerio de cultura en nuestras sociedades modernas.
Pero es en la época de la Grecia Clásica, y en concreto en el tiempo del estadista Pericles, cuando el Teatro cobra una gran importancia para difundir valores democráticos esenciales como la «isonomía», igualdad ante la ley; y «parresia», libertad de expresión.

2. El inicio del teatro en Atenas y su influencia en la Helade.

En el año 543 a .C. el tirano (2) ateniense Pisístrato instauró los primeros certámenes teatrales con la intención -además de entretener- de utilizar el teatro como laboratorio político para la educación del pueblo en los valores éticos del momento, que transicionaban a democráticos. Además, si hacemos caso a la tradición, fue el dramaturgo Tespis (536 a .C) quien primero presentó a un actor dialogando con el coro, lo que dio comienzo, de modo oficial, al teatro.
Tirano Pisístrato
El Tirano Pisístrato es considerado el primer organizador de los grandes certámenes teatrales.
Las primeras obras representadas formaban parte de la celebración de las fiestas religiosas tradicionales del área de influencia griega: las Leneas, las Dionisas rurales y las Grandes Dionisas, en las que profundizaremos después. Estas primeras representaciones se realizaban al aire libre y en teatros construidos de madera que, durante el siglo V y IV a.C., se convirtieron en los grandes anfiteatros que conocemos hoy. El contenido de las obras era una mezcla de elementos artísticos como la danza y el canto, siendo una de sus variedades, el Diritambo, que siguiendo la tradición, dio origen a la tragedia ática; religiosos, con sus rituales relacionados con los principales dioses griegos, y políticos o cuestiones de interés que hicieran reflexionar al público.
El imaginario del mundo griego estaba compuesto de grandes mitos. Su literatura, principalmente la de Homero, alcanzaba una influencia en las personas similar a los libros sagrados de las religiones judeocristianas. Por esto, el mito y sus personajes jugaban un papel muy importante en la temática tratada en las primeras obras teatrales (y posteriores) y encontraba atención y emoción en el público que, por otro lado, veían en el anfiteatro o doble teatro el mejor escenario donde representar el ritual. Así, el ciclo troyano y sus héroes (Agamenón, Menelao, Electra, etc.) eran los personajes favoritos de las obras griegas. En el ciclo tebano eran las figuras de Edipo, Antígona, el dios Dioniso y el héroe Heracles las representadas por los actores. Basadas en uno y otro ciclo, las primeras obras teatrales se convirtieron en dramas, tragedias que representaban las grandes gestas de estos personajes literarios tan profundamente arraigados en el imaginario colectivo.
Homero
Homero, mitad mito, mitad real, fue el autor del clásico épico, La Odisea, fuente de inspiración para muchas obras de teatro.
En un principio, la arquitectura dramática de las obras estaba basada en el ritual: un ritual de súplica del individuo que buscaba asilo en un santuario, rituales funerarios imitando a los ritos religiosos relacionados con el enterramiento para que el difunto encontrara paz mientras las mujeres lloran y se golpean el pecho y, finalmente, purificación o catarsis de la «oración» por los muertos. Como se puede imaginar, estos contenidos representados artísticamente alcanzaban un gran efecto dramático en el público.
Ya en el siglo V, y sobre todo, de la mano de Aristófanes, la comedia se convierte en otro tipo de teatro que comparte protagonismo con el dramático.
A pesar de la modesta arquitectura inicial de estos primeros teatros, en poco tiempo, las representaciones allí mostradas y las propias fiestas Leneas y Dionisas atenienses, lograron captar la atención de otras polis cuyos ciudadanos acudían en masa a estos eventos. Así, se logró que el fenómeno del teatro se expandiera por toda la Helade además de sus contenidos democráticos y de ensalzamiento nacionalista griego ante invasores, como lo eran los persas en los siglos VI y V a.C.

3. Características principales del teatro clásico. Géneros.

Ya en el siglo V, con Atenas en pleno siglo de oro, el teatro dramático cohabita con otro tipo de teatro con unas temáticas que se centraban más el entretenimiento del auditorio, -en muchos casos, recurriendo a la ironía, muy propia en el comportamiento de algunos ciudadanos atenienses, recordemos sino la fundamentación de la mayéutica socrática-, y que fue evolucionando hasta convertirse en complejas comedias de alto carácter artístico. No hay que olvidar que uno y otro tipo de teatro, no cejaron en la defensa de la institución ateniense y sus valores democráticos.
Esquilo autor de los persas.
Esquilo, dramaturgo de gran exito que vivió en el siglo V y fue autor, entre otras obras, de “Los persas”.
En el año 472 a .C. el dramaturgo Esquilo representa Los persas, una obra de carácter trágico-histórico que se ha convertido en la obra trágica más antigua que se conserva y que probablemente fuera financiada por el estadista Pericles. En esta obra, y como apuntábamos antes, el nuevo orden social democrático se ensalza en perjuicio de los insolidarios y particulares privilegios de la aristocracia griega del siglo anterior. Además, como se puede imaginar, Esquilo quiso también recordar a los griegos su superioridad con respecto a los persas y, en concreto, sobre Jerjes, que finalmente fue derrotado por la armada griega en el 480 a .C. en la batalla de Salamina.
Eurípides
Eurípides, famoso por y tragedia Medea.
También en el año 431 a .C (durante la olimpiada número 87) otro gran dramaturgo, Eurípides, representó su tragedia Medea. Según los críticos, esta obra fue la mejor de todas las conocidas de Eurípides. En ella, el personaje principal es Medea, una mujer valiente, sabia, fuerte, hábil y luchadora, que es amada y temida a la vez. Con esta obra, Eurípides, de forma clara, destaca y exalta los valores femeninos y la propia condición de mujer en la Atenas del siglo V. Esta obra, como otras de este autor, tiene un final trágico, que caracteriza a la tragedia griega. No obstante, Eurípides, como otros dramaturgos conocedores de la sociedad en que vivían, no ahorra críticas, en este caso a los sofistas, por utilizar el saber en beneficio propio y no en el de la comunidad y al mismo tiempo, elogia el carácter democrático y hospitalario del mundo griego en oposición al misticismo dictatorial de otros pueblos.
Sofocles
Sófocles, escritor de Edipo.
Sófocles, creador de 123 obras, es el escritor de Edipo, obra que pudo ser escrita en el 430 a .C. Esta pieza se engloba dentro del ciclo tebano y toma como argumento principal la vida de el rey de Tebas, Edipo, el cual no pudo escapar a la predicción del oráculo que vaticinó que mataría a su padre Layo, rey de Tebas. Edipo, tras salvar a Tebas venciendo a la Esfinge y ya casado con Yocasta, conoce que ésta es su madre y descubre que fue él quién mato a Layo. Consciente de su crimen se arranca los ojos y se exilia voluntariamente acompañado de su hija Antígona.
Aristófanes
Aristófanes, autor de importantes comedias como Las Nubes.
Otro gran autor de teatro es Aristófanes (alrededor del 444- 385 a .C) famoso por sus comedias y contemporáneo de Sócrates, al que no tenía en mucha estima a juzgar por cómo le presenta en su obra Las nubes, donde acusa al filósofo de demagogo y manipulador de los jóvenes de su tiempo; una de las acusaciones que llevó a Sócrates a la muerte. Aristófanes, a pesar de su liberalismo en algunas de sus obras, era un conservador que defendió la tradición mítica y religiosa de Grecia, en contra de los nuevos postulados de filósofos y políticos. También se mostró especialmente crítico con Eurípides al que consideraba un mal para el teatro clásico por la degradación de sus obras. No obstante, su sentido del humor e ironía, encontró gran éxito entre los atenienses.
Una de sus grandes obras fue Lisístrata, representada en el 411 a .C. donde Aristófanes, plantea una estrategia para la finalización de la guerra entre Atenas y Esparta. Su protagonista, Lisístrata, promueve entre las mujeres de Atenas y Esparta una huelga de sexo, para minar las ansias bélicas de sus maridos y amantes, reflejando un cansancio general de la población ante la guerra y promoviendo la libertad sobre todo de las mujeres.

4. Características principales del teatro clásico. Organización y participantes.

Dada la importancia que adquirió el teatro en la vida pública, principalmente, de Atenas, su representación requería de una importarte organización y uso de recursos humanos y técnicos.
Pericles y su relación del teatro.
Pericles, estadísta ateniense que apoyó enormemente el desarrollo del teatro.
Como arte escénico, el teatro necesitaba de gran capital humano para poder llevarse a cabo: actores, coros, personas encargadas de la coordinación de la producción de las obras, seguridad para evitar altercados, vendedores para ofrecer refrigerios y otros productos a los asistentes, etc. Por esta razón, estos eventos solo se podían llevar a cabo con la financiación del propio gobierno de las ciudades que también solicitaba y gestionaba ayudas a ciudadanos ricos en las polis. En este sentido, Pericles, sobre todo, apoyó incondicionalmente al teatro, y como dijimos antes, también lo aprovechó para su pedagogía política.
En cuanto a los artistas y técnicos que participaban directamente en las representaciones, contamos con los actores ( hypocrités ), que aparecían en escena debidamente ataviados con máscaras o maquillaje de barro y azafrán. El tipo de representaciones en el teatro (rituales) exigían llevar máscaras o maquillaje para poder llevar a cabo la transformación al personaje representado. Más adelante, cuando la temática del teatro se diversificó, también lo hicieron las máscaras. Hay que decir, que se desarrolló un verdadero arte de crear máscaras, llegando a altos niveles artísticos y realismo.
Además de la transformación del aspecto del actor, las máscaras lograban aumentar el volumen de la voz de los actores consiguiendo llegar a todos los actores del anfiteatro.
Otro accesorio en el vestuario de los actores eran los conturnos: zapatos de madera que aumentaban la altura de los actores. Los conturnos se solían utilizar en las tragedias y conseguían que la altura de los actores fuera proporcional al tamaño de sus máscaras y a la envergadura de los papeles representados.
Los vestidos y atuendos de los actores eran, básicamente, túnicas cortas o largas de diversos colores que identificaban la importancia del actor y el tipo de obra que representada. Así, los colores oscuros eran utilizados para personajes tristes o agraviados por algún mal; los colores vivos y más alegres para los protagonistas principales y el resto de colores para personajes asociaciados al pueblo común. Como ocurría con los cortarnos, estos trajes, generalmente, iban rellenos con almohadillas para mantener las proporciones entre la altura de los actores (con zancos) y el a veces, gran tamaño de sus máscaras.
Finalmente, otros elementos como los cascos o coronas podían utilizarse en las representaciones.
Además de los actores, como hemos dicho, la representación contaba con un coro (usualmente vestidos de negro) que hacía de intermediario entre la obra y el espectador, de tal forma, que según se iban reproduciendo los acontecimientos, el coro se encargaba de explicar el significado de estos acontecimientos para que el público comprendiera mejor el desarrollo de la acción. El coro solía vestir de negro y se ubicaba junto a la orquestra.
Además de los participantes activos de las representaciones, no podemos olvidar a sus receptores: el público.
Teatro griego
Grecia se convirtió en la precursora del teatro en occidente.
En los anfiteatros más grandes, se podían haber llegado a albergar a unos 13.000 o 14.000 espectadores, cifra realista en comparación con los 30.000 que aseguraba Platón que habrían llegado a asistir a una obra.
Con la intención de que todos los ciudadanos libres de Atenas pudieran asistir al teatro, Pericles creó un fondo público para hacerse cargo del pago de las entradas de la clase baja. Aun así, los espectadores con menos recursos podían quedar marginados a la hora de asistir a las celebraciones. El foro del anfiteatro se aseguraba que las clases más altas tuvieran siempre su hueco, además de los extranjeros notables que asistían a Atenas cautivados por fiestas Leneas o Dionisas. La distribución de las localidades estaba determinada por el estatus social, existiendo asientos exclusivos para magistrados, sacerdotes y otros ciudadanos que financiaban las representaciones (proedría) o por alguna razón (héroes de guerra) tenían un protagonismo especial en la ciudad. Finalmente, el foro podría completarse y dejar a muchos ciudadanos atenienses con pocos recursos fuera de la representación.
En cuando al acceso de las mujeres al recinto, no se tiene información fidedigna de sí acudían con regularidad o si realmente acudían. Platón, en un pasaje de “Las Leyes” alude al hecho de que las mujeres más cultivadas preferían la tragedia, lo que induce a pensar que pudieran asistir acompañando a sus maridos.
En relación a los esclavos, hay más incertidumbre sobre asistencia, aunque pudieran hacerlo con sus dueños.

5. Fiestas en la antigua Grecia y la expansión del Teatro.

Si los contenidos de las representaciones teatrales estaban fundamentados en la propia historia de Grecia y en las aspiraciones políticas de sus gobernantes, la fama del teatro griego tenía como grandes impulsoras a sus grandes festividades: las Leneas y las Dionísias.
En las grandes festividades griegas, que duraban alrededor de 7 días, se comenzaba siempre con una procesión y traslado del Dios Dioniso por jóvenes de distintas tribus a la Acrópolis. A partir de ese día daban comienzo las representaciones que un día antes se habían planificado, adjudicando a cada autor el número de piezas que iba a representar y la fecha.
Durante el mes de Gamelón o mes de las bodas (marzo para nosotros), se celebraban las Leneas Dionisías, que se representaban en un edificio llamado Leneo, emplazado en la ciudad de Atenas. Estas fiestas eran anteriores a las Grandes Dionisías y en ellas representaba Aristófanes.
También, fuera de Atenas y otras grandes ciudades-estado, en el mes de Posidonio, más o menos diciembre para nosotros, se representaban las Dionisias Rurales. A diferencia de las Leneas atenienses, en las Dionisias rurales, la procesión tenía como protagonista a un falo, buscando la fertilidad para las cosechas.
Sin embargo, las grandes fiestas del mundo griego eran las Grandes Dionisías atenienses.
Todo comenzaba con una larga procesión que traía a Atenas una imagen del Dios Dioniso desde Eléuteras, en Beocia. Llegado el mes de marzo, comenzaba la fiesta religiosa, terminando con el Dios Dioniso en el Acrópolis. Para estas fiestas se guardaban las mejores obras. Normalmente, participaban 5 autores y entre todos llegaban a representar hasta 17 obras, excepto en época de guerra, que se reducía el número de autores y de obras representadas. Los certámenes tenías carácter de concurso, contando con la mayoría de los autores clásicos del teatro griego como ganadores en estos certámenes.

6. Reflexión final.

La evolución del mundo griego fue paralela en diversos ámbitos de la sociedad. Los grandes iniciadores pre-socráticos del pensamiento racional occidental encontraron eco a sus reflexiones científicas sobre la naturaleza en la política de la mano de sus contemporáneos Solón y Clístenes. Estas nuevas concepciones políticas también tuvieron su influencia en el mundo del arte y transformaron las representaciones religiosas, en un comienzo basadas en el ritual, en obras de gran complejidad artística. A su vez el teatro, devolvía a la sociedad lo que había aprendido influenciando con sus contenidos en el sustrato sociocultural de los ciudadanos.
En resumen, así como ocurrió en el mundo de las matemáticas, física, química, medicina, astronomía, ética y otras ciencias y artes que hoy constituyen disciplinas académicas y artísticas, el teatro no escapo a la transición del mito al logos griego. Los nuevos esquemas mentales hicieron que el teatro ganara en complejidad y calidad e inició, como en otros campos, para el beneficio de todos, una actividad tan fascinante como las artes escénicas.

7. Curiosidades. Anfiteatro Dionisios del Parque Tierno Galván.

Han sido muchas las construcciones de anfiteatros en todo el planeta intentando imitar las construcciones antiguas de la época clásica (Grecia y Roma). A modo de curiosidad, les mostramos una foto aérea del anfiteatro de estilo clásico tal vez más grande de Madrid. Se encuentra en el Parque Tierno Galván. Podrán llegar a él (los que visiten o residan en Madrid) a través de la línea 6 de metro en las estaciones de Mendez Álvaro o Planetario. Sus grandes dimensiones y su entorno, quizá motiven su imaginación y logren representar en sus mentes el desarrollo de una obra de Aristófanes o Esquilo.


viernes, 14 de agosto de 2015

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jueves, 6 de agosto de 2015

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El archivo

El Archivo

El día en el que Juan de Borbón se unió a Franco en la Guerra Civil

El abuelo de Felipe VI intentó unirse al bando franquista para luchar en la columna de Somosierra
05 agosto 2015
11:21

El día en el que Juan de Borbón se unió a Franco en la Guerra Civil
MADRID // Transcurrían los primeros días del golpe de estado fascista de 1936 cuando un entusiasta Borbón de 23 años pidió permiso a su padre para unirse al bando sublevado y luchar contra la democracia que en España había mandado a los monarcas al exilio. Los primeros días de agosto de aquel año, Juan de Borbón y Battenberg, abuelo del actual rey, Felipe VI, cruzaba la frontera para luchar en la guerra civil contra el gobierno legalmente establecido.
Los Borbones veían con buenos ojos el alzamiento contra la república. Hacía cinco años que Alfonso XIII había tenido que publicar en ABC su carta de abdicación tras los resultados electorales de las municipales de 1931. Su salida por Cartagena había dejado hondas cicatrices en las regias prerrogativas monárquicas y el golpe de estado era su oportunidad de volver al lugar que creían que les correspondía. La juventud y el ímpetu de Juan de Borbón hicieron que no tuviera paciencia para esperar el desenlace de la contienda y se uniera al bando fascista para luchar contra el gobierno democrático de la república.
Según cuenta Jose María Zavala, la entrada a España para unirse al bando franquista se produjo por el paso de Dantxarinea (Baztan), acompañado por el conde de Ruiseñada y el infante José Eugenio de Baviera. El compromiso con el bando nacional del abuelo del Felipe VI quedó patente cuando, al llegar a Pamplona, se puso un mono azul y la boina roja carlista con un emblema falangista en la solapa (Juan De Borbón sentía especial aprecio por las ideas falangistas).
La idea del entonces príncipe de Asturias era la de unirse a la columna de Somosierra. Sin embargo, cuando el general Mola es avisado de la presencia de Juan de Borbón en Burgos, que bajo el nombre falso de Juan López intenta alcanzar el frente de Madrid, da la orden directa al Borbón de que abandone el país. El general dio un aviso a navegantes: “Díganle a esos imbéciles que han acompañado al príncipe que no les hice matar de milagro”.
El fallido intento del padre del rey Juan Carlos para participar en la Guerra no le hizo perder la fe. Hubo un segundo intento más institucional. El 7 de diciembre de 1937 mandó una misiva a Franco para participar de marinero en el Crucero Baleares.
Excmo. Sr. General
Don Francisco Franco.
Mi respetado General: En forma tal vez impremeditada, cuando la guerra de España tenía sólo el carácter de una lucha interna, he intentado tomar parte en ella. Aunque me impulsaban sentimientos bien ajenos a la política, comprendo y respeto las razones que entonces movieron a las autoridades militares a impedir mi incorporación a las tropas.
Actualmente, la lucha parece tomar, cada vez más, aspecto de una guerra contra enemigos exteriores, guerra en la que todos los buenos españoles de mi edad habrán podido hallar un puesto de combate. El deseo de hallarlo yo también, y en forma que aleje toda suspicacia, me mueve a someter a la benévola atención de V.E. Mi aspiración.
Según noticias de prensa, se hallará pronto listo para hacerse a la mar el crucero Baleares, en el que podría prestar algún servicio útil, ya que he realizado mis estudios en la Escuela Naval Británica, he navegado dos años y medio en el crucero Enterprise de la cuarta Escuadra, he seguido luego un curso especial de artillería en el acorazado Iron Duke, y por último, antes de abandonar la Marina inglesa con la graduación de teniente de navío estuve tres meses en el destructor Winchester.
Yo me incorporaría directamente al buque, me abstendría en absoluto de desembarcar en puerto alguno español, y desde luego le empeño mi palabra de que no recibiría ni aun a mis amigos personales. Yo no sé, mi General, si al escribirle así infrinjo las normas protocolarias con que es normal dirigirse a un jefe de Estado. Le ruego, en todo caso, disculpe el que confíe a su corazón de soldado este anhelo mío de servir a España al lado de mis compañeros.
Con mis votos más fervientes porque Dios le ayude en la noble empresa de salvar a España, le ruego acepte el testimonio del respeto con que se reitera a sus órdenes y muy afectuosamente e.s.m.,
JUAN DE BORBÓN
La efusividad con la que la familia de Felipe VI recibió el golpe de estado de Franco llegó a los últimos día de la Guerra Civil. El 9 de abril de 1939, Alfonso XIII envió un telegrama al caudillo para ponerse a su disposición: “A sus órdenes, como siempre, para cooperar en lo que de mí dependa a esta difícil tarea, seguro de que triunfará y de que llevará a España hasta el final por el camino de la gloria y de la grandeza que todos anhelamos”.
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Antonio Maestre

Antonio Maestre

Periodista y Documentalista. Aspirante a imitador de Günter Wallraff.

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